Hola mi nombre es Liz tengo 30 años.
Desde la primaria yo he sido una persona pues rellenita pero cuando cumplí 12 años me diagnosticaron con leucemia y debido a algunos medicamentos necesarios y otros subí mucho de peso al grado de que para la preparatoria pesaba 90 kilos.
Desde que recuerdo he ido a nutriólogos, chocheros, acupuntiristas, endocrinologos y me sometí a varias dietas, en fin mil cosas para bajar de peso. Algunas dietas me sirvieron, pero en cuanto las dejé volví a subir.
Me puse un balón gástrico y bajé 25 kilos en seis meses pero una vez que me lo quitaron en mas o menos 1 año volví a subir todo el peso que había bajado. Después decidí colocarme una banda Gastrica que no me sirvió absolutamente de nada, está solo me causó problemas para comer me ahogaba constantemente con la comida ya que se me quedaba atorada, pero no hizo nada para reducir las cantidades que comía. La tuve yo creo que unos seis años o siete. No le di seguimiento y la empresa en la que me la había colocado cerró por lo que tampoco sabía cómo quitármela porque me causaba mucha incomodidad.
Para los 29 años pesaba 124 kilos que fue mi máximo peso y una amiga mía se realizó la cirugía del bypass con el doctor Carlos y al ver los resultados quedé maravillada.
Acudí con él para preguntar de qué se trataba el procedimiento quería hacerme una manga gástrica, ya lo había pensado muchas veces antes pero pues quizá por miedo no lo había hecho. El Doctor me recomendó la cirugía de bypass gástrico con base a mí historial y enfermedades asociadas a mi problema de peso .
Sin pensarlo más me realicé la cirugía. Ya había visto los resultados con mi amiga por lo que no tuve dudas que era lo que quería hacer.
En febrero del 2020 me realizaron el procedimiento de bypass gástrico en Y, la recuperación fue muy rápida, mi manera de comer cambio por completo, mi apetito disminuyó de manera radical, sin duda lo que más cambio fue la cantidad de comida que necesito para sentirme satisfecha.
Al momento he bajado 52 kilos a poco más de un año de mi cirugía. Es la mejor decisión que he tomado, mi vida cambió por completo. Volví a hacer cosas que antes por mi peso había dejado de hacer, los lugares se volvieron a sentir cómodos y espaciosos, más que un cambio físico que por supuesto es muy satisfactorio, esto simbolizó para mi un cambio interno de reencuentro conmigo misa y con lo que soy capaz de lograr.
De lo único que me arrepiento es de no haberlo hecho antes. 🙂